Carmen encarnaba a una de las Virtudes, en su caso la Caridad, ella y su madre querían una tiara sencilla, sin mucho adorno y no muy grande, las Virtudes han de ir sencillas.
Este es el resultado, una tiara metálica dorada de hojas, flores y pedrería y algún toque de rojo como el manto que ella llevaba.
Gracias y mil veces gracias, para mí es un orgullo que contéis conmigo para estas cosas tan importantes en mi pueblo.
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